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Friday, September 26, 2014

Chomsky y Roberto Alvarez Quiñones No Ven un Competidor para EE.UU.

Chomsky y Roberto Alvarez Quiñones No Ven un Competidor para EE.UU.
JESUS HERNANDEZ CUELLAR
Las dantescas imágenes del derrumbe de las torres gemelas del World Trade Center de Nueva York en 2001, las apocalípticas escenas de las guerras de Irak y Afganistán y el estallido de la crisis financiera de 2008 que profundizó el camino hacia la Gran Recesión, así como el impresionante crecimiento económico de China y la enorme deuda pública de Washington son, para muchos, pruebas irrefutables de que Estados Unidos no podrá ser por mucho tiempo más la potencia hegemónica más próspera y poderosa que haya conocido la historia de la humanidad. ¿Será cierto? Y si lo es, ¿qué otro país podría ocupar esa privilegiada posición?
Antes de entrar en materia, es importante saber que actualmente, aun en medio de la lenta recuperación que ha seguido a la crisis económica, el volumen de la economía de Estados Unidos de 15.7 billones (trillions, en inglés) de dólares es equivalente al de China, Japón y Francia juntos. Su presupuesto militar de casi 673 mil millones de dólares no tiene paralelo en el mundo y es inclusive más de 10 veces superior al de su propia seguridad interna. Y el paso arrollador de sus avances científicos y tecnológicos han colocado al mundo a los pies de este coloso, cuya historia como país independiente tiene poco más de 200 años.
Sin embargo, este poderío es, sin dudas, demasiado dependiente de otras naciones, especialmente de China, país al que Washington debe en 2013 la astronómica cifra de 1.26 billones de dólares en bonos del Tesoro, equivalente al 11 por ciento de toda su deuda. Japón no se queda atrás. Estados Unidos debe a Tokio 1.12 billones de dólares. Brasil es el siguiente en la lista, con 253 mil 400 millones de dólares. Taiwán viene inmediatamente, con 196 mil 600 millones. Suiza, siempre asociada con la precisión de sus relojes y sus secretos bancarios, es dueña de 192 mil 700 millones de esa deuda. Tan grande es la deuda americana, que el líder ruso Vladimir Putin calificó a Estados Unidos de "parásito" de la economía global. Washington debe a Moscú 162 mil 900 millones de dólares.
En el debate por saber si Estados Unidos podrá conservar su hegemonía global o no, hay opiniones de todo tipo. Unos piensan que esa fuerza extraordinaria, a pesar de la deuda, permitirá a este país mantenerse donde está por muchos años. Otros consideran que, efectivamente, estamos por lo menos en el principio del fin de un imperio sin precedente. Y algunos vaticinan que si bien el gigante del norte está en franca recaída, no hay nada en el horizonte que permita vislumbrar su desplome.
Alternativas a la Vista
Un profundo estudio realizado durante cuatro años por el Consejo Nacional de Inteligencia del propio gobierno de Estados Unidos pronostica que China superará a este país como potencia económica antes de 2030, aunque Estados Unidos permanecerá como líder mundial indispensable, propulsado en parte por una era de independencia energética. Según el estudio dado a conocer en diciembre de 2012, todo esto se producirá por un gran bienestar que va a generar una clase media global mucho más amplia, mejor educada y con mayor acceso a la salud pública y a las tecnologías de las comunicaciones como Internet y los teléfonos inteligentes.
"Ese crecimiento de la clase media global constituye un cambio tectónico", destaca el estudio. "Por primera vez, una mayoría de la población mundial no estará empobrecida, y las clases medias formarán los sectores económico y social más importantes en la gran mayoría de los países del mundo", asegura el documento del Consejo.
En ese estudio no todo es color de rosa. Sus autores señalan también que en ese momento, la mitad de la población vivirá en áreas con gran escasez de agua potable, por lo que la administración de los recursos naturales será un componente esencial de los esfuerzos de seguridad nacional a nivel global. También indica que para esa fecha hay un alto riesgo de sufrir un ataque terrorista cibernético, tras el cual las bajas no se contarán en miles de muertos sino en millones de personas perjudicadas por los daños a la infraestructura, sobre todo a las redes de electricidad y comunicaciones.
El estudio de 166 páginas pronostica que en el futuro "no habrá ninguna potencia hegemónica", ya que el poder real "pasará a redes y coaliciones en un mundo multipolar", en el que Estados Unidos tendría que "trabajar con nuevos socios para reinventar el sistema internacional".
Entre los países en desarrollo que "serán especialmente importantes para la economía global", el documento cita, además de China, a Brasil, Colombia, India, Indonesia, Nigeria, Sudáfrica y Turquía.
Si bien el estudio tiene un ropaje de seriedad a prueba de fuego, su énfasis está en la seguridad, no en la economía, y no todos los expertos están de acuerdo con los resultados del mismo. Entre los que no lo comparten plenamente hay críticos encarnizados de Estados Unidos.
"Por ahora, Estados Unidos no tiene reemplazo como cabeza del planeta. Cuenta con el 20 por ciento del PIB planetario, el dólar es la moneda de aceptación mundial y el poderío militar de Washington es imbatible en el terreno de la guerra convencional o nuclear", declaró a ContactoMaga-zine.com el analista de CNN en Español, Carlos Alberto Montaner, cuyas columnas de opinión se publican en decenas de periódicos de América Latina y España.
"Por otra parte, Estados Unidos mantiene el liderazgo en los campos técnico y científico. De sus laboratorios y universidades surgen casi todos los artilugios, medicamentos y modos de hacer las cosas. El resto del mundo, sin advertirlo, lo imita", agrega Montaner, autor de numerosos libros, entre ellos el Manual del perfecto idiota latinoamericano, Fabricantes de miseria yEl regreso del idiota, los cuales escribió junto con Alvaro Vargas Llosa y Plinio Apuleyo Mendoza.
En efecto, desde 1950, Estados Unidos ha ganado la mitad de los Premios Nobel que se conceden en las categorías científicas. Desde 1901 había ganado muchos otros en esos apartados.
El linguista y filósofo norteamericano Noam Chomsky, crítico incansable del sistema norteamericano y un verdadero ícono de la izquierda de Estados Unidos, tiene otro punto de vista. En un extenso ensayo publicado en el diario británico The Guardian en 2012, titulado 'Losing' the world: American decline in perspective, ('Perdiendo' el mundo: el declive norteamericano en perspectiva), Chomsky subraya que "el declive estadounidense es real, aun cuando la visión apocalíptica refleja la percepción familiar de la clase dominante de que no tener el control total, significa el desastre total".
Pero el propio Chomsky admite una realidad que parece inevitable para admiradores y críticos de Estados Unidos. Según este intelectual que ha enseñado lenguas y humanidades en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) durante 55 años, "a pesar de los patéticos lamentos, Estados Unidos permanece como la potencia mundial dominante por amplio margen, y no hay ningún competidor a la vista, no sólo en la dimensión militar, en la cual, por supuesto, el reino de Estados Unidos es supremo".
China, Candidata de Grandes Proporciones
El desarrollo desenfrenado de China, desde que ese gigante asíático asumió la economía de mercado como herramienta principal de su crecimiento, y los pronósticos del estudio del Consejo Nacional de Inteligencia hacen pensar a muchos que en pocos años Beijing estará a la cabeza del mundo. Pero no todos están de acuerdo.
El periodista y escritor Roberto Alvarez Quiñones, que durante 40 años ha seguido el curso de la economía a nivel internacional, no cree que Estados Unidos "vaya a tener sucesor como líder mundial en los próximos 40 ó 50 años, aunque la economía de China supere en tamaño a la estadounidense para mediados de siglo, como todo parece indicar".
"No coincido con quienes aseguran que ya para 2021 ó 2025 el Producto Interno Bruto (PIB) chino será mayor que el de Estados Unidos. Quienes hacen esa proyección asumen que la economía del país asiático continuará creciendo siempre a un ritmo anual entre 8% y 10%, y eso no va a ser así', subraya Alvarez Quiñones.
Montaner está muy al tanto de que "se habla del futuro liderazgo chino, pero eso está por verse. En la década de los ochenta del siglo pasado Herman Kahn y otros futurólogos aseguraban que Japón sería el corazón y el cerebro del planeta en el siglo XXI. Esa afirmación no se verificó en la práctica".
Pero no sólo China está en la mira de quienes hacen pronósticos. Otras economías emergentes también están en el ojo de los expertos.
"La idea de que la India y Brasil jugarán un rol preponderante en las próximas décadas no me parece razonable. Ninguno de los dos países, aunque pudieran, quieren desempeñar ese rol. Es demasiado costoso. No tienen tradición ni voluntad. Brasil alguna vez fue "imperio", pero sólo por la inercia de la dinastía portuguesa instalada en la enorme colonia", recuerda Montaner.
En el artículo mencionado, Chomsky observa que "China y la India han registrado, aunque con grandes desigualdades, un rápido crecimiento, pero son países muy pobres, con enormes problemas internos que no afronta Occidente".
"China es el mayor centro mundial de manufactura, pero lo es ampliamente como planta de ensamblaje de las potencias industriales en su periferia, y para las multinacionales occidentales", agrega Chomsky.
La economía es fundamental para ocupar esa posición privilegiada que hoy corresponde a Estados Unidos, pero tal vez no sea el único factor a tomar en cuenta.
"Aún siendo la de mayor tamaño, la economía china estará lejos de la calidad, sofisticación y flexibilidad de la economía estadounidense. Además, China no podrá superar en tan poco tiempo el abrumador predominio global tecnológico, científico, geopolítico y militar de Estados Unidos. Este país es el primer “hacedor” de tecnología de punta, investigaciones científicas, y el mayor exportador mundial de conocimiento", de acuerdo con Alvarez Quiñones.
Ademas, Alvarez Quiñones destaca que Washington "posee, con mucho, el más sofisticado y gigantesco poderío militar que ha existido jamás, y el sistema democrático más antiguo, efectivo y estable de la historia moderna".
Lo Político y lo Social
"El factor que más aleja una eventual “chinización” del mundo es que el “China’s way of life” o sea, el modelo social autoritario chino, no constituye un ejemplo a imitar. China no será un paradigma ni económico, ni social –no importa si gobierna el Partido Comunista, o no-- mientras su pueblo no tenga los mismos estándares de vida, democracia y bienestar que tienen las naciones del Primer Mundo hoy, en 2013, pese a las recesiones y demás sinsabores de las economías de mercado", pronostica Alvarez Quiñones.
Chomsky profundiza en este punto, enfatizando el hecho de que "el reciente crecimiento económico chino yace sustancialmente en un 'bono demográfico', una enorme población en edad laboral …, pero la ventana de este bono se puede cerrar pronto, con un profundo impacto en el desarrollo". Y con esto, "el excesivo suministro de fuerza laboral barata, que es uno de los grandes factores que han conducido al milagro económico chino, ya no estará disponible".
De acuerdo con este pensador crítico, cuyas columnas de opinión distribuye a nivel mundial el diario The New York Times, "para la India, estos problemas son mucho más severos".
El Factor Histórico
Estados Unidos se estableció como potencia a finales del siglo XIX al desatar una guerra contra España en Cuba, Puerto Rico y Filipinas. Fue el fin del dominio español en el Nuevo Mundo. Hacia finales de 1941, estuvo en una terrible encrucijada. Alemania estaba tomando toda Europa desde 1939. Japón lanzó su ataque contra la bahía de Pearl Harbor destruyendo casi toda la flota norteamericana en Hawai. Pocos meses después, el dictador alemán Adolfo Hitler declaró la guerra a Estados Unidos. Washington entró en la Segunda Guerra Mundial, de la cual salió vencedor en 1945 a un precio de 400 mil muertos y 400 mil millones de dólares de aquella época, en gastos militares. A partir de ese momento, Estados Unidos se consolidó como potencia casi única. Muy pronto, el centro neurálgico del mundo comunista desde 1917, la Unión Soviética, que había sido aliada de Washington en la guerra contra Alemania, Italia y Japón, se perfiló como el competidor de más alto calibre para Estados Unidos. En 1951, estalla la guerra de Corea. Fuerzas comunistas apoyadas por Moscú y la naciente China de Mao Zedong intentan tomar la Península Coreana. Estados Unidos vuelve a la guerra, y detiene el paso de las fuerzas hostiles. Corea quedó dividida en dos, todavía lo está, y una de las dos coreas ha sido enemiga de Washington desde entonces. Hoy día la República Popular Democrática de Corea, de régimen comunista, representa una amenaza nuclear para la otra Corea y sus vecinos, incluido Japón.
En la convulsa década que va de 1965 a 1975, Estados Unidos vivió los horrores de la guerra de Vietnam, a donde los presidentes John F. Kennedy, Lyndon B. Johnson y Richard Nixon enviaron miles de soldados, para detener el avance de las fuerzas comunistas por el sudeste asiático. Washington perdió esa guerra, a un costo de 58 mil soldados muertos. En el plano interno, se desataron grandes protestas en contra de la guerra y en favor del respeto a los derechos civiles. Todo esto en pleno apogeo de la Guerra Fría, con la Unión Soviética como potencia rival alimentando económica y militarmente a los enemigos de Washington. En esas fechas era muy fuerte la creencia de que Estados Unidos no sobreviviría como potencia mundial. Desde 1960, la Guerra Fría se trasladó a las fronteras norteamericanas. Cuba, que vivió una revolución popular en 1959, se declaró aliada de Moscú y enemiga de Estados Unidos. Su líder máximo, Fidel Castro, emprendió una cruzada de guerrillas en todo el continente, con apoyo soviético. Washington debió desviar enormes recursos militares y económicos hacia el Hemisferio Occidental. Parecía hacerse realidad el consejo del guerrillero argentino Ernesto "Che" Guevara de "crear dos, tres muchos Vietnam", para debilitar a Estados Unidos. También cobró gran fuerza la consigna marxista de que "el futuro pertenece por entero al socialismo". Los hechos parecían avalar esa afirmación.
Pero en 1989 ocurrió un suceso inesperado. Miles de alemanes se lanzaron hacia el odioso Muro de Berlín, construído para impedir las fugas de ciudadanos de la Alemania comunista hacia la Alemania democrática. Durante décadas, el muro había sido un símbolo de la represión comunista. La muralla se vino abajo, y hacia 1991 todos los países del bloque comunista europeo abandonaron esa ideología y se hicieron si no aliados por lo menos amigos cercanos de Estados Unidos. La Unión Soviética, el gran adversario ideológico, político y militar, no sólo abandonó su ideología marxista leninista, sino que se desintegró como nación. Llegó el fin de la Guerra Fría.
Estados Unidos sobrevivió a todos estos peligros y se consolidó como potencia hegemónica mundial. Fue precisamente después del fin de la confrontación norteamericana con el mundo comunista que se produjo la espectacular revolución tecnológica en este país, con el desarrollo desenfrenado de las computadoras personales, Internet, las comunicaciones vía satélite, las cirugías con rayos gamma, los teléfonos inteligentes y las redes sociales en el campo digital.
¿Cuánto tiempo más permanecerá Estados Unidos como líder del mundo? Nadie lo sabe. Estudios parecidos al del Consejo Nacional de Inteligencia se hicieron en las largas décadas de la Guerra Fría. Ninguno fue capaz de pronosticar la desintegración de una potencia mundial de la dimensión de la Unión Soviética, que en 1961 había inaugurado la era de la conquista del espacio, y en 1962 puso los nervios de punta a toda la sociedad norteamericana, al tener todo listo para instalar misiles nucleares en territorio cubano apuntando hacia Estados Unidos.

Con un cierto toque de humor, un antiguo proverbio de corte religioso viene como anillo al dedo para este debate: "si quieres hacer reir a Dios, haz planes para el futuro".
Jesus Hernandez Cuellar
(Hernández Cuéllar es director y editor de Contacto Magazine, revista que fundó en julio de 1994 en Los Angeles, California. Desde 1981 ha trabajado en todo tipo de medios: agencias de prensa, diarios, radio, televisión, semanarios, internet, revistas y redes sociales. Fue redactor de la agencia EFE en Cuba, Costa Rica y Estados Unidos, así como editor metropolitano del diario La Opinión de Los Angeles, California, e instructor de periodismo de la Universidad de California en Los Angeles, UCLA ---Biografía).
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